Pieles sudorosas
ardiendo en la voracidad
de sus deseos,
dos pulsos que estrechan su fervor
en un mismo latido,
y con el placer de la pasión
logran borrar el tiempo,
amarse es la magnificencia
de una entrega
que se ha hecho su vicio
y su sino.
Aly Davis Pérez
6 de noviembre, 2014
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