martes, 8 de diciembre de 2015

Un poco más 2

¿Cuántas veces te exhorté 
a que me quisieras
un poco más?
En el fondo no era invitación,
solo era una súplica desnuda
de todo orgullo,
de toda dignidad.

Un poco más
latía en mi propia agonía,
en la pesadilla de tu desamor,
en lo que fuimos,
esa ruina,
en el eco de tu irreversible adiós.

Un poco más
que se hizo inaudible,
y fuiste, junto a la cometa al viento,
destello de una estrella fugaz,
estela desvanecida,
lejano recuerdo. 

Un poco más
vencido en el quebranto de mi voz,
en mi mirada que grabó tu última sombra
y el sonido de los irrevocables pasos
evocados en un suspiro de amor
que en la soledad me azota.

Un poco más
que resultó ser mucho,
mucho más para la ausencia
de mis brazos rendidos 
y mis manos frías,
para el espacio en blanco 
que dejaste acá
desde que ya no estás.

Aly Davis Pérez
8 de diciembre, 2015

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Ansiedad insomne

El murmullo de la noche
arrulla el silencio de mi soledad.

Madrugada dilatada
que me arrastra a su profundidad,
temores de ojos insomnes me rodean
y el tiempo se ofusca en esta inmensidad.

El fuego de la vigilia es frío,
se confunde con la brisa
que a mi aturdimiento cobija,
pero que al sueño no quiere entregar.

Es perfecta la serenidad de la noche
para jugar con la vulnerabilidad de mi mente.
¡Con antorcha encendida
la zozobra se hace presente!

¿Cuántas voces multiplicadas en mi cabeza?
¿Cuántos latidos en mi pecho se aceleran?
Contémplome al borde de ese abismo
al que siempre he temido.

Se erigen espirales de irrealidad
que me llevan a laberintos interminables.
La locura es un miedo al miedo
que estalla en mis sesos.
Sé que hay una salida de escape,
pero debo parar de correr
y tomar aire.

Procurando huir
la asfixia se incrementa:
me envuelve, me absorbe,
me minimiza, me descentra,
se roba las luces y los colores,
me aturde, me encadena
a la sombra de un infarto,
a la muerte que me acecha.

El sentido de la lógica se desvanece
con estas imágenes alebrestadas en mi mente.
Delirios que se alzan
atestándolo todo de incoherencias.
  
Vienen las experiencias de crisis pasadas,
me auxilian respirando por mí,
por la corriente me dejan fluir.
No importa, el temor se acalla,
no es hora de morir.

Y siento que la angustia se sosiega,
cual fiera encadenada
que se agota de hacer fuerza.
No pudo escapar,
gruñendo mira la penumbra infinita,
desconoce lo que le enfurecía.

Y se desvanecen las voces,
huyen los demonios
a sus laberínticos cuarteles.
Revuelta acallada,
el miedo decrece,
la cordura se enciende,
me enciende,
y ya amanece.

Aly Davis Pérez
18 de noviembre, 2015

martes, 17 de noviembre de 2015

Retratos de parejas

Se les antoja escudriñar sus sentidos, desnudar sus instintos, jugar con sensaciones entre sudores y gemidos, crepitar entre los estertores de sus orgasmos. Son dos pétalos rociados por el fuego de la pasión.

Sin carbonizarse, juegan entre las flamas adictivas de esa pertenencia en la que mueren y renacen. En cada renacimiento dejan un poco de sí en el otro, la compenetración crece y se van sintiendo cada vez más ajenos al mundo.

Se nutren de la comunicación no verbal, son suficientes las miradas. Saben que su unión es más que la fricción de sus pieles, pero —inconscientemente— proceden de maneras que no entienden y llegan a herirse. Insisten en disculparse, perdonarse, sanarse las heridas en nombre del amor que se profesan.

Con frecuencia consultan las memorias de historias ya vividas, comparan la convivencia con parejas anteriores. Hacen indagaciones entre sus sueños y planes, temen hacerse daño, temen por los celos, temen irrespetar sus espacios, pero cultivan esperanzas y a la costumbre de los afectos siguen aferrándose.

El tiempo que permanecen unidos se extiende en un continuo claroscuro. Con el devenir de los días, el futuro del que hablaban en el pasado los alcanza en el presente de su cotidianidad. Hacerse conscientes de todo lo que han vivido simboliza bases y columnas en las que su relación se ve fortalecida. Por ensayo y error, adquieren noción de las maneras de sanar sus heridas con mayor prontitud, pero el día que se hagan daño, serán heridas muy profundas.

Guardan silencio y se toman de manos, entre tiernas miradas consolidan el deseo de seguir juntos. Un paraguas para ambos los protege de sus propias lluvias. Es un lazo que se extiende a pesar de toda la realidad a la que deben hacer frente, realidad que es compartida por otras tantas parejas que ven por allí cuando van caminando.

Aly Davis Pérez
17 de noviembre, 2015

Imagen: «Two couples» de Leonid Afremov Recuperada el 04/08/17, de: https://medium.com/@rightwithin/beautiful-journey-part-1-e90bc176978a

jueves, 23 de julio de 2015

Besos voraces


Dame ahora tu boca: me la quiero comer.
Jaime Sabines


Besarme es jugar a la ruleta rusa,
sorpresivamente te puede tocar la bala
de mi voracidad,
y de una mordida hacerte sangrar. 

Besarte con animal desenfreno
y saborear el dolor que llevas dentro,
fusionar deseos, morder los miedos,
darle un poco de placer a los quebrantos. 

Besarnos y subyugar los sentidos
que oscilan por la simetría de la confianza;
besarnos y darnos aliento mutuamente,
desajustar nuestras kinestesias
hasta marearnos;
lenguas privadas de palabras,
artífices de cascadas envenenadas,
hurgando y fluyendo lascivamente,
robándonos el aire. 

Ferocidad explayada,
salivas que alivian,
que nos salvan de sentirnos nada,
que a la soledad espantan;
roce de los dientes,
filos que nos prenden;
paladares lubricados,
voraz frenesí de nuestros labios. 

Llegar a ese sublime letargo,
casi orgasmo,
duele, pero no dejes de morderme;
ahora cierra los ojos y siente mis dientes.

Labios rotos en concupiscencia oral,
lenguas saboreando la sangre tibia y metálica;
pasión en dolor y placer combinados.

Te beso, me besas:
nos devoramos. 

Besos voraces,
besos empecinados 
en ceder a estas ganas.

Besos voraces,
besos empecinados 
en encender nuestras almas.

Aly Davis Pérez
23 de julio, 2015

martes, 14 de julio de 2015

Lenguaje de melancolía nocturna


Sentado en la cornisa de mis silencios
siento que la noche abre sus fauces
gradualmente devora mi nimiedad mundana

despojado de mí mismo
voy recorriendo los senderos
de las reminiscencias
de lamentaciones secas
de amores perdidos
entre sombras que acechan

no existe presente
mientras estoy ausente
                             —de mí—
mucho menos existe futuro
solo queda cobijarme con el pasado
bendición y maldición
perpetran en este existir
—eventualmente—
                    reniego de imágenes poéticas
                    pero admito que me sirvo de ellas
                                                  —para sobrevivir—

los árboles callan
las paredes callan
el mutismo de la noche es íntegro
solo mi alma clama
ahogada en el piélago de la desesperanza

no estás
           —pero no me preocupo—
tampoco estoy
tengo episodios esporádicos de imperturbabilidad
en medio del silencio de la noche

—de pronto—
                     gorjea un grillo
                     cruje una rama
la noche empieza a hablar
el lenguaje de la melancolía
que me abofetea
y me hace consciente de esta soledad

florecen los sonidos nocturnales
haciendo eco en mi propia vacuidad
pero ya no quiero sentir ni pensar

—mansamente—
             se agita el caos
                                  caos agitado
                                           melancolías despeinadas

pasos de un gato 
que se acercan o se alejan
                         —no sé—
se confunden con las ausencias
que me rodean
en esta noche de soledad.


Aly Davis Pérez
14 de julio, 2015
Imagen recuperada el 14/07/15, de: https://www.pxfuel.com/es/free-photo-joluq

sábado, 9 de mayo de 2015

Poético atardecer


Las tardes que serán y las que han sido son una sola.
Son un claro cristal, solo y doliente, inaccesible al tiempo y a su olvido.
Jorge Luis Borges

I

El atardecer es la poesía del día,
intensamente romántica
o insoportablemente nostálgica,
es la inspiración de los poetas
besando sus manos;
y los poemas nacen
del amor enamorados,
lamentando ausencias,
aferrados a la vida,
entrañablemente resignados
a la muerte.

II

En la muerte del día,
el arrebol le roba el color a las flores,
la brisa tiene el aroma de un adagio:
será un poético atardecer.
Versa Alfonsina 
que es una tarde hermosa
para espinarse las manos 
y cortarle una rosa.

Una rosa del rosal del amor,
hija de volcanes y cirrus del ocaso;
el sol está detrás de las montañas,
pero aún no es negro el cielo.

Bajo un cielo de cartas 
caminan los amorosos,
Sabines y Chepita pasean 
tomados de las manos,
comiendo uvas y pisando hojas secas.

Hojas secas son los segundos de la ausencia
en un atardecer de extendida espera,
y los minutos vespertinos recitan versos
del poema «Amor de tarde».
El reloj cuenta las horas
oyendo los pasos de la noche,
y Benedetti lo mira a las cuatro,
a las cinco, a las seis...
esperando una sorpresa.

Una sorpresa es el derroche del cielo
donde nadie puede hacer nada
en esta metamorfosis enmudecida.
Neruda contempla este silente atardecer
que cae y cae sobre los tejados
con sus alas de ave.

Alas de ave parsimoniosas
en un vuelo afable que cesa en los nidos,
la rima alegre del día se torna melancólica
y los hombros cargan su cansancio.

Para Darío es una tarde gris y triste,
el mar viste de terciopelo
y el cielo profundo se viste de duelo.

Vestida de duelo se anunciará la noche
en esta tarde que es el prólogo de la oscuridad,
en esta tarde que es una mañana vieja,
pero con sabia destreza.

Sabia destreza es la de Borges,
resaltando la dramática altercación de la tarde
como conflicto de la visualidad y de la sombra,
un retorcerse y un salirse de quicio de lo visible.

Tan visible como la dualidad que somos,
las horas crepusculares nos reflejan
en una fusión de opuestos,
dicotomía de soles y lunas,
lo blanco, lo negro...

Dicotómico momento
cuando Gabriela observa
que su vida huye callada
y dulce como la gacela,
así como este poético atardecer
que se esconde por el oeste.

III

Por el oeste se desvanece el astro rey,
entre eyaculaciones crepusculares
anuncia llevarse la claridad.
El arrebol parece una esperanza
plasmada en la espalda del cielo,
presagiando que la oscuridad
traerá otro poético momento
en el bucle de la eternidad
que nos obsequia el cielo.

Aly Davis Pérez
9 de mayo, 2015
Imagen: «El arrebol del crepúsculo» de Jaime Pinto (2017). Recuperada el 09/05/18, de: http://www.colarte.com/colarte/foto.asp?ver=1&idfoto=372307

REERENCIAS
  1. Alfonsina Storni: «Capricho 2».
  2. Jaime Sabines: «Otra carta» y «Te quiero».
  3. Mario Benedetti: «Amor de tarde».
  4. Pablo Neruda: «La tarde sobre los tejados».
  5. Ruben Darío: «Tarde del trópico».
  6. Jorge Luis Borges: «La tarde» y «Atardecer».
  7. Gabriela Mistal: «Atardecer».

martes, 24 de marzo de 2015

Mon amour


¡Oh, mon amour!, 
leamos poemas eróticos, 
escuchemos la canción en francés 
que nos enciende, 
bebamos complacidos
el vino de la seducción 
en nuestras pieles,
lubriquemos la mente
para ser isla y ola, 
conjunción que pasionalmente
nos eleva con pequeñas muertes.

Aly Davis Pérez
24 de marzo, 2015

viernes, 13 de febrero de 2015

Soñando abrazados 2


Que mi pecho sea almohada, 
que mis brazos sean sábana, 
que mi cuerpo sea cama. 
Te estrecho para calmarte 
y protegerte; 
para sentir que también me calmo 
en un abrazo durmiente 
donde nos sentimos latir
el uno en el otro 
sin que nada más importe. 

Aly Davis Pérez
13 de febrero, 2015

miércoles, 11 de febrero de 2015

Ante lo incierto


Aunque estemos allí,
paralizados,
con los pies hundidos
en el autismo ante lo incierto,
el horizonte nos exhorta
a ser valientes
desde nuestros propios miedos.

Aly Davis Pérez
11 de febrero, 2015

lunes, 9 de febrero de 2015

Um beijo de Lua com sabor a Brasil


Mujer Luna, 
hija de Curitiba,
hermana del guacamayo,
del pino Paraná y del zorzal colorado;
fulgura mágica y vuela
desde el primer alba suramericano
hasta el último ocaso. 

En tus verdes pestañas 
y párpados cerrados,
llevas los colores de la Auriverde
y la exuberancia de la Amazonia;
ojos que un sueño romántico
están atesorando. 

Sufres,
embelesada por una voz seductora,
iridiscencia de un halo
que te hace delirar.
Crees que es tuyo,
pero tu boca jamás ha besado;
¡anaconda ilusión
que a tu corazón está estrujando! 

¿Tu boca jamás ha besado?
Se pierde un beso de Luna con sabor a Brasil,
tan gustoso como la feijoada,
el pato no tucupi con jambu,
y el ímpetu de las cataratas del Iguazú. 

Un beso de Luna con sabor a Brasil
es fragante como el café y el cacao,
esa prístina poesía;
tiene la vitalidad de la capoeira;
sorbo de caipiriña sensual,
dulzor exótico de frutas frescas. 

Amiga Luna, 
aléjate y ve al fastuoso Pan de Azúcar
y grita y llora muy fuerte.
Pasea por las laderas montañosas de Río,
disfruta los soles sonrientes
del Ipê Amarelo en primavera,
no apagues tu luz intentado mirar
hacia lejanas fronteras. 

A los imponentes treinta y ocho metros cristianos,
erigidos en la cúspide del cerro Corcovado,
pide que sosieguen las fantasías de tu corazón
para que no sea lastimado. 

Juega con los niños de las favelas,
llevan el fútbol en la sangre;
no tienen todo lo que desean,
sus estómagos rugen de hambre,
copa de la F.I.F.A. no reciben,
pero entre goles ríen y no decaen. 

En la Passarela Professor Darcy Ribeiro
todos danzan y se sienten plenos,
sus cuerpos vibran con el carnaval carioca.
Luna, sé una extrovertida garota:
únete a una comparsa,
sube a una carroza,
siente el ritmo de la samba,
¡baila como loca! 

Visita las aguas de Copacabana,
mirador del azul Atlántico,
esa princesita del mar,
media Luna glamorosa;
báñate con el legado musical de Tom Jobim
en el oleaje suave del bossa nova. 

Celebra el año nuevo en Salvador de Bahía
viste de blanco candomblé
y arroja las ofrendas a Iemanjá,
ella cuidará que tu amor propio
no naufrague en el mar. 

Aléjate del bullicio paulistano
que en tu pecho se ha instalado.
Perfúmate con orquídeas,
refúgiate en la flora del Pico de la Neblina,
algún enamorado deseará tus besos de Luna,
pintándote con su cortejo miles de sonrisas. 

La tristeza que deja una ilusión
sobrevivirá entre tus fases:
serás cuarto menguante, Luna nueva,
cuarto creciente y volverás a ser Luna llena. 

Sé paciente, te encenderás, te apagarás,
mas no morirá la fuerza lumínica,
tropical y multicultural que hay en ti,
pues tu alma de Luna
es resplandecientemente bella,
bella y grande como Brasil. 

Aly Davis Pérez
9 de febrero, 2015
Imagen: «Superluna tras el Cristo del Corcovado de Río de Janeiro, Brasil» de Víctor R. Caivano (2012). Recuperada el 09/02/15,  de: http://fotosmundo.net/super-luna/

martes, 20 de enero de 2015

Refúgiate en mis ojos


Y si tienes dudas,
no me preguntes nada;
refúgiate en mis ojos,
haz uso de ese lenguaje 
que hemos creado al mirarnos,
allí hallarás todas las contestaciones
de lo que en mí despiertas.

Aly Davis Pérez
20 de enero, 2015

viernes, 16 de enero de 2015

Sexo literario

Gozar de la sensualidad 
de tu escritura 
y de la ambrosía
de tus letras húmedas;
tener sexo literario
con orgasmos épicos,
líricos y dramáticos.

Aly Davis Pérez
16 de enero, 2015