Cuando escribo dejo de sentirme esa cosa insignificante que normalmente soy. Con las letras le inyecto fantasía a mi realidad, me reinvento y me redescubro. Escribir le da sentido a esto de ser y estar en el mundo.
lunes, 23 de diciembre de 2019
Microcuento: Rosa de los vientos
Aquella noche, a la rosa de los vientos de la brújula se le borraron los rumbos; y ahí, en medio de ese mar inmensamente oscuro, el navegante se sintió mínimo y con una vacilante sensación de no estar en ningún sitio.
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